Pues según Asocama (Asociación Español de la Cama) un 68% de los españoles no cambiamos el colchón hasta que su deterioro físico no es visible por fuera.
Esto se traduce en que en que el cambio de colchón se prolonga hasta los 12,6 años, lo que nos demuestra que muchas personas no tienen en cuenta el desgaste que sufre el colchón en el interior, y que no es visible.
Muchas son las cosas que pueden sucederle a nuestro colchón, desde que se manche con comida, que se moje porque se nos derrame algún líquido o que tengamos niños pequeños que mojan la cama hasta el polvo que está en el ambiente y que penetra al interior, provocando alergias.
A pesar de que, a lo largo del tiempo podemos ir limpiando y mantenimiento el colchón, llega un momento en qué lo más adecuado es cambiarlo por uno nuevo, que nos proporcione mayor confort y calidad de sueño.
3 Consejos para limpiar un colchón
No cambiar de colchón cada cierto periodo de tiempo puede provocar problemas para nuestra salud, desde dolor de espalda, en las articulaciones, disminuir la calidad de sueño… eso sin contar los problemas con los ácaros… ¿Sabías qué en un colchón pueden vivir entre 100.000 y 10.000.000 ácaros dependiendo de su antigüedad del mismo?
Dormir cada noche con esta cantidad de ácaros puede provocar problemas en la piel, alergias, asma, insomnio, despertar con los ojos rojos, picor de garganta…
No sólo eso, sino que, si el colchón es de muelles, lo más probable es qué, pasados 10 años, acabamos clavándonos algún muelle, lo que provoque que el descanso no sea tan reparador como debiese de ser.
Sin duda, encontrar algún bulto o muelle suelte es una señal de qué el colchón debe ser cambiado.